Devorant lletres
Ahir al migdia vaig acabar El tercer gemelo de Ken Follet. 7 dies i un culló i mig de pàgines amb una lletra minúúúúscula, però que entrava que donava gust. Puntuació: 8. Enganxa, i molt.
Cites Citables: [Comentaris i aclariments] al peu.
Me estoy enamorando de esta mujer, pensó Steve. No es sólo que dessee acostarme con ella… aunque eso también. Quiero que sea mi amiga. Quiero ver la tele con ella, acompañarla al supermercado y darle cucharadas de jarabe cuando esté resfriada. Quiero contemplarla mientras se cepilla los dientes, se pone los vaqueros y unta mantequilla en la tostada. Quiero que me pregunte qué tono naranja de lápiz de labios le sienta mejor y qué hojas de afeitar debería comprar y que a qué hora volveré a casa.
Era sorprendente que aú pudiese confiar en algún hombre; asombroso que pudiera quedarse dormida en un sofá con un chico que tenía exactamente el mismo aspecto físico que uno de sus agresores. Pero ahora podía estar incluso más segura de Steve. Ningún otro hubiera pasado la noche así, a solas con una muchacha, sin tratar de forzarla. [1] Jeannie frunció el entrecejo. Steve había hecho algo durante la noche, ella lo recordaba de modo ambiguo, un detalle bonito. Sí: era el recuerdo entre sueños de una mando grande [2] que le acariciaba el pelo rítmicamente; le parecía que durante bastante tiempo, mientras ella dormía, tan a gusto como un gato mimado.
Sonrió, se removió y Steve preguntó al instante:
-¿Estás despierta?
Jeannie bostezó y se estiró.
-Lo siento, me quedé dormida encima de ti. ¿Te encuentras bien?
-Alrededor de las tres de la madrugada la circulación sanguínea de mi pierna izquierda se interrumpió, pero me acostumbré en seguida y ya está.
Jeannie se incorporó para verle cara a cara. Tenía la ropa arrugada, el pelo desgreñado y le había cracido un poco de barba rubia, pero daba la impresión de encontrarse lo bastante en forma como para comer.
-¿Dormiste algo?
Steve dijo que no con la cabeza.
-Disfrutaba demasiado contemplándote.
-No me digas que ronco.
-No, no roncas. Se te escapa un poco de saliva, nada más. [3]
Se tocó ligeramente una manchita de humedad de la pernera.
-¡Oh, qué rabia!-Jeannie se levantó. Su mirada fue a detenerse en la esfera del reloj azul que colgaba de la pared: las ocho y media. Puntualizó, alarmada-: No nos queda mucho tiempo. La audiencia empieza a las diez.
-Dúchate mentras preparo un poco de café- se brindó Steve, magnánimo.
Jeannie se le quedó mirando. Era un chico irreal.
-¿Te ha traído Santa Claus? [4]
Steve se echó a reír.
-De acuerdo con tu teoría, he salido de una probeta.
Su expresión se tornó solemne de nuevo
-Quién sabe, qué diablos.
-¿Recuerdas lo que dice Sherlock Holmes? “Una vez has eliminado lo imposible, lo que queda, por improbable que resulta, tiene que ser la verdad.” ¿O quizás es Hércules Poirot quien lo dice?
Steve se emocionó al ver a Jeannie sentada en el patio, bebiendo limonada y charlando animadamente con Charles [5], como si fueran viejos amigos. Eso es lo que quiero, pensó; quiero a Jeannie formando parte de mi vida. Entonces podré afrontar lo que venga. [6]
1. Això és que no em coneixeu enamorat.
2. L’Steve fa 1,88m.
3. És com tenir una primera cita per sopar i que, mentres menges, notes que l’altre et mira i et deixa anar: Tens un spaguetto a la barbeta. DISH!
4. No tia, està enamorat de tu !!
5. El pare de l’Steve.
6. És com les mongetes màgiques l’amor.
Engrescat amb en Ken, he començat també a engolir En la boca del dragón, un altre dels seus. Ja us diré què tal. Ànim!
Objectiu: 1 llibre mensual com a mínim (com el cicle menstrual, vaja, l’únic que d’aquest en trec quelcom de profit).